Un vendedor de autos usados que en Veracruz le secuestraron a su hermano y le asesinaron a otro, quiso emparejarse en Puebla al secuestrar a una ama de casa por quien pedía un millón de pesos de rescate
Alfonso Ponce de León Salgado/Foto APLS/Intolerancia
Primero la colaboración ciudadana, luego la efectividad de la Policía metropolitana al responder un llamado de auxilio y finalmente la reacción inmediata de la Dirección de Investigación de Delincuencia Organizada (DIEDO) llevaron al rescate de una ama de casa que se encontraba en poder de un grupo de hombres armados, que para entregarla con vida exigían a su esposo la suma de un millón de pesos.
Ayer mismo el procurador general de Justicia, Rodolfo Igor Archundia Sierra, detalló dos horas de angustia y movilización policiaca que terminó, además del rescate de la mujer sana y salva, sin que su familia pagara un solo peso, con la detención de cuatro de siete sospechosos; uno de ellos veracruzano, otro de Querétaro y los dos restantes de Puebla, quienes de manera inicial están acusados por el delito de secuestro, pero que una vez que su foto sea exhibida en los diarios locales podrían ser señalados por otros ilícitos.
Archundia Sierra informó de la detención de Gabriel Castellán Andrade, ayudante de mecánico, de 28 años de edad; Marlon Curi de la Torre, de 34 años, comerciante; Juan David Martínez Arreola, de 27 años, azulejero; y Julio César Reyes Martínez, de 23 años, comerciante, quien es el jefe de la organización delictiva, de la que faltan por detener otros tres sujetos que también participaron en el secuestro y que huyeron con las armas que utilizaron para tal felonía.
Estos cuatro sujetos al rendir declaración ante el agente del Ministerio Público adscrito a la DIEDO confesaron haber cometido el delito, además de que en el mismo hubo varios testigos que los señalaron, sin dejar de mencionar que los cuatro fueron detenidos en flagrancia de un proceso de secuestro.
Dos horas duró un secuestro
El lunes 12 de mayo, a las 7:30 horas, un grupo de hombres que portaban armas cortas y largas sorprendieron al propietario de un rancho, ubicado al sur de la ciudad de Puebla, en los momentos en que sacaba su camioneta Honda, tipo CRV, para llevar a su hijo a la escuela y lo obligaron a meterse a su casa donde estaba su esposa y otros dos hijos de ambos.
Al propietario lo amordazaron y lo obligaron a decir dónde estaba el dinero, por lo que les entregó 35 mil pesos, los delincuentes le dijeron que era muy poco y le advirtieron que se llevarían a su esposa secuestrada, lo despojaron de su celular, lo mismo que el de su esposa y le ordenaron que consiguiera un millón de pesos y que cuando tuviera esa cantidad se comunicara con ellos en alguno de los dos portátiles para que les dijeran dónde deberían de entregar el efectivo.
Los delincuentes se llevaron a la mujer en la misma camioneta, además otros dos se retiraron en un vehículo Chrysler tipo Cirrus de color verde, este movimiento fue advertido por los vecinos quienes dieron aviso a la Policía a través del 066, iniciándose la búsqueda de ambos vehículos, antes de que el esposo de la mujer secuestrada se decidiera si presentaba alguna denuncia o no.
Fue en la avenida de Las Torres, a la altura del Infonavit San Jorge, donde elementos de la Policía metropolitana localizaron el vehículo Cirrus y detuvieron a sus ocupantes, Gabriel Castellán Andrade y Marlon Curi de la Torre, a quienes no les encontraron armas pero sí un teléfono celular, mismo que al sonar contestó uno de los uniformados, obteniendo la siguiente información.
Se trataba de uno de los secuestradores que les informaba que la mujer secuestrada se encontraba en la habitación número 9 del motel Venus, que se ubica en avenida de Las Torres, frente a Soriana Torrecillas, lugar a donde la Policía metropolitana, ya en coordinación con la DIEDO y la Policía Judicial del estado (PJE), tendieron un cerco para evitar que los plagiarios escaparan o que se llevaran a la mujer secuestrada.
Dos detenidos en dos acciones relámpago
El grupo de reacción de la DIEDO tuvo que echar mano de todas sus habilidades para ingresar a la habitación número 9 y rescatar, sin que se disparara un solo tiro, a la mujer secuestrada; además fue asegurado y desarmado Julio César Reyes Martínez, quien con un revolver del calibre .38 la estaba cuidando.
La ama de casa fue puesta a salvo mientras duraba el operativo y más tarde fue detenido David Martínez Arreola, quien llegó al motel a bordo de una motocicleta de color amarilla e incluso trató de escapar de los policías, pero tras una breve persecución lo interceptaron, tampoco estaba armado.
Los cuatro sospechosos fueron trasladados a las instalaciones de la DIEDO, en la colonia La Hacienda, donde mientras duró la investigación la Policía metropolitana se encargó de montar guardia, para evitar que los demás cómplices de los detenidos intentaran rescatarlos.
Ante el Ministerio Público, donde se abrió la averiguación previa PGJP/DIEDO-1/AP22/2008, los cuatro detenidos confesaron su participación en otro secuestro, del que la PGJ ni siquiera tenía conocimiento, donde cobraron la suma de 300 mil pesos de rescate.
Tras ser presentados ante los reporteros de la fuente, los cuatro sospechosos de secuestro y delincuencia organizada fueron trasladados a las instalaciones del Centro de Readaptación Social (Cereso) de San Miguel, a disposición del juez Tercero de lo Penal, donde rindieron su declaración preparatoria.
Los motivos de un secuestrador“Me quería recuperar”
Primero la colaboración ciudadana, luego la efectividad de la Policía metropolitana al responder un llamado de auxilio y finalmente la reacción inmediata de la Dirección de Investigación de Delincuencia Organizada (DIEDO) llevaron al rescate de una ama de casa que se encontraba en poder de un grupo de hombres armados, que para entregarla con vida exigían a su esposo la suma de un millón de pesos.
Ayer mismo el procurador general de Justicia, Rodolfo Igor Archundia Sierra, detalló dos horas de angustia y movilización policiaca que terminó, además del rescate de la mujer sana y salva, sin que su familia pagara un solo peso, con la detención de cuatro de siete sospechosos; uno de ellos veracruzano, otro de Querétaro y los dos restantes de Puebla, quienes de manera inicial están acusados por el delito de secuestro, pero que una vez que su foto sea exhibida en los diarios locales podrían ser señalados por otros ilícitos.
Archundia Sierra informó de la detención de Gabriel Castellán Andrade, ayudante de mecánico, de 28 años de edad; Marlon Curi de la Torre, de 34 años, comerciante; Juan David Martínez Arreola, de 27 años, azulejero; y Julio César Reyes Martínez, de 23 años, comerciante, quien es el jefe de la organización delictiva, de la que faltan por detener otros tres sujetos que también participaron en el secuestro y que huyeron con las armas que utilizaron para tal felonía.
Estos cuatro sujetos al rendir declaración ante el agente del Ministerio Público adscrito a la DIEDO confesaron haber cometido el delito, además de que en el mismo hubo varios testigos que los señalaron, sin dejar de mencionar que los cuatro fueron detenidos en flagrancia de un proceso de secuestro.
Dos horas duró un secuestro
El lunes 12 de mayo, a las 7:30 horas, un grupo de hombres que portaban armas cortas y largas sorprendieron al propietario de un rancho, ubicado al sur de la ciudad de Puebla, en los momentos en que sacaba su camioneta Honda, tipo CRV, para llevar a su hijo a la escuela y lo obligaron a meterse a su casa donde estaba su esposa y otros dos hijos de ambos.
Al propietario lo amordazaron y lo obligaron a decir dónde estaba el dinero, por lo que les entregó 35 mil pesos, los delincuentes le dijeron que era muy poco y le advirtieron que se llevarían a su esposa secuestrada, lo despojaron de su celular, lo mismo que el de su esposa y le ordenaron que consiguiera un millón de pesos y que cuando tuviera esa cantidad se comunicara con ellos en alguno de los dos portátiles para que les dijeran dónde deberían de entregar el efectivo.
Los delincuentes se llevaron a la mujer en la misma camioneta, además otros dos se retiraron en un vehículo Chrysler tipo Cirrus de color verde, este movimiento fue advertido por los vecinos quienes dieron aviso a la Policía a través del 066, iniciándose la búsqueda de ambos vehículos, antes de que el esposo de la mujer secuestrada se decidiera si presentaba alguna denuncia o no.
Fue en la avenida de Las Torres, a la altura del Infonavit San Jorge, donde elementos de la Policía metropolitana localizaron el vehículo Cirrus y detuvieron a sus ocupantes, Gabriel Castellán Andrade y Marlon Curi de la Torre, a quienes no les encontraron armas pero sí un teléfono celular, mismo que al sonar contestó uno de los uniformados, obteniendo la siguiente información.
Se trataba de uno de los secuestradores que les informaba que la mujer secuestrada se encontraba en la habitación número 9 del motel Venus, que se ubica en avenida de Las Torres, frente a Soriana Torrecillas, lugar a donde la Policía metropolitana, ya en coordinación con la DIEDO y la Policía Judicial del estado (PJE), tendieron un cerco para evitar que los plagiarios escaparan o que se llevaran a la mujer secuestrada.
Dos detenidos en dos acciones relámpago
El grupo de reacción de la DIEDO tuvo que echar mano de todas sus habilidades para ingresar a la habitación número 9 y rescatar, sin que se disparara un solo tiro, a la mujer secuestrada; además fue asegurado y desarmado Julio César Reyes Martínez, quien con un revolver del calibre .38 la estaba cuidando.
La ama de casa fue puesta a salvo mientras duraba el operativo y más tarde fue detenido David Martínez Arreola, quien llegó al motel a bordo de una motocicleta de color amarilla e incluso trató de escapar de los policías, pero tras una breve persecución lo interceptaron, tampoco estaba armado.
Los cuatro sospechosos fueron trasladados a las instalaciones de la DIEDO, en la colonia La Hacienda, donde mientras duró la investigación la Policía metropolitana se encargó de montar guardia, para evitar que los demás cómplices de los detenidos intentaran rescatarlos.
Ante el Ministerio Público, donde se abrió la averiguación previa PGJP/DIEDO-1/AP22/2008, los cuatro detenidos confesaron su participación en otro secuestro, del que la PGJ ni siquiera tenía conocimiento, donde cobraron la suma de 300 mil pesos de rescate.
Tras ser presentados ante los reporteros de la fuente, los cuatro sospechosos de secuestro y delincuencia organizada fueron trasladados a las instalaciones del Centro de Readaptación Social (Cereso) de San Miguel, a disposición del juez Tercero de lo Penal, donde rindieron su declaración preparatoria.
Los motivos de un secuestrador“Me quería recuperar”
Julio César Reyes Martínez es uno de los cuatro sujetos que la mañana del lunes 12 de abril secuestraron a una mujer de nacionalidad cubana para exigir el pago de un millón de pesos de rescate y que fueron detenidos por elementos de la Policía metropolitana y después investigados en la Dirección de Investigaciones en Delincuencia Organizada (DIEDO).
Julio César, quien también se hace apellidar Martínez Martínez, es el propietario de un lote de autos que se ubica en las inmediaciones de la avenida principal de la colonia Lomas de San Miguel.
Este hombre, considerado el jefe de una organización delictiva dedicada a los asaltos a mano armada, rindió el lunes declaración ante el Ministerio Público adscrito a la DIEDO, donde reveló que antes de perpetrar el secuestro por el que fue detenido, dada su inexperiencia en este tipo de felonías, él fue víctima de uno de éstos, cuando se encontraba en su oriundo estado de Veracruz.
Antes de relatar cómo fue secuestrado por un grupo armado, presuntamente con la intención de ablandar a quienes lo estaban interrogando, les dijo que hace catorce días encontraron muerto a su hermano José Humberto, lo hallaron en la laguna de Veracruz, en estado de descomposición, sólo sabe que días antes su consanguíneo fue “levantado” por desconocidos quienes lo ejecutaron con un balazo en la cabeza.
Tras los hechos trágicos, Julio César llegó a la casa de su esposa, ubicada en calle Dorado 232 del municipio del Progreso Veracruz, donde a las 18:00 horas ingresaron varios sujetos con armas cortas y largas y tras golpearlo lo esposaron, lo mismo que a su hermano Rubén Darío Meza Martínez, para luego obligarlos a abordar una camioneta y llevarlos a una casa de seguridad.
Julio César y su hermano estuvieron privados de la libertad durante ocho días, en ese tiempo su esposa, Anahí García Rodríguez, tuvo que reunir la suma de 350 mil pesos para que los dejaran en libertad. Los secuestradores aceptaron recibir en pago un vehículo Jetta modelo 2004, un Golf Cabri modelo 98, un Volkswagen y un Volvo 2003, mismos que entregaron a los plagiarios en las inmediaciones del bulevar Veracruz.
A los cuatro días los dos hermanos fueron liberados y el mismo temor de que les pudieran hacer más daño los hizo regresar a Puebla, donde Julio César ejecutó el secuestro de la ama de casa, para “reponerse”.
Julio César, quien también se hace apellidar Martínez Martínez, es el propietario de un lote de autos que se ubica en las inmediaciones de la avenida principal de la colonia Lomas de San Miguel.
Este hombre, considerado el jefe de una organización delictiva dedicada a los asaltos a mano armada, rindió el lunes declaración ante el Ministerio Público adscrito a la DIEDO, donde reveló que antes de perpetrar el secuestro por el que fue detenido, dada su inexperiencia en este tipo de felonías, él fue víctima de uno de éstos, cuando se encontraba en su oriundo estado de Veracruz.
Antes de relatar cómo fue secuestrado por un grupo armado, presuntamente con la intención de ablandar a quienes lo estaban interrogando, les dijo que hace catorce días encontraron muerto a su hermano José Humberto, lo hallaron en la laguna de Veracruz, en estado de descomposición, sólo sabe que días antes su consanguíneo fue “levantado” por desconocidos quienes lo ejecutaron con un balazo en la cabeza.
Tras los hechos trágicos, Julio César llegó a la casa de su esposa, ubicada en calle Dorado 232 del municipio del Progreso Veracruz, donde a las 18:00 horas ingresaron varios sujetos con armas cortas y largas y tras golpearlo lo esposaron, lo mismo que a su hermano Rubén Darío Meza Martínez, para luego obligarlos a abordar una camioneta y llevarlos a una casa de seguridad.
Julio César y su hermano estuvieron privados de la libertad durante ocho días, en ese tiempo su esposa, Anahí García Rodríguez, tuvo que reunir la suma de 350 mil pesos para que los dejaran en libertad. Los secuestradores aceptaron recibir en pago un vehículo Jetta modelo 2004, un Golf Cabri modelo 98, un Volkswagen y un Volvo 2003, mismos que entregaron a los plagiarios en las inmediaciones del bulevar Veracruz.
A los cuatro días los dos hermanos fueron liberados y el mismo temor de que les pudieran hacer más daño los hizo regresar a Puebla, donde Julio César ejecutó el secuestro de la ama de casa, para “reponerse”.
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