Alfonso Ponce de León Salgado La ciudad de Tehuacán vivió horas de angustiosa tensión, miembros del crimen organizado amenazaron con hacer estallar granadas en alguna de las comandancias de la región si no les entregaban a cuatro de sus compañeros, entre éstos un sujeto del que aún no se define si sigue en activo en la Policía militar, quienes participaron en un asalto a mano armada donde se apoderaron de un tráiler que transportaba 31 toneladas de cemento, propiedad de la empresa Holcim Apasco. Elementos de la Policía metropolitana y de la estatal preventiva, dependientes de la Secretaría de Seguridad Pública del estado y de la Policía Judicial del Estado (PJE), adscritos a la coordinación operativa de la zona oriente, cercaron las calles y avenidas donde se ubica la agencia del Ministerio Público Especializada en Investigaciones de Robo de Vehículos y Transportes en Carretera; en tanto que el representante social Arturo Martínez Bermúdez, se encargó de interrogar a los detenidos. Antes del impresionante dispositivo de seguridad, las policías municipales de Chapulco y la de Tehuacán, en coordinación con personal de la PJE, rescataron al conductor del tráiler Kenworth de color blanco, con número económico T002, placas 717EG7, quien iba privado de su libertad en el camarote, el mismo conductor dice que temía que los asaltantes lo asesinaran una vez que salieran de territorio poblano. El tráiler antes de ser trasladado se dirigía de Ixtaczoquitlán, Veracruz, hacía Puebla; poco antes de las 22:00 horas, al pasar por la población de Chapulco, sobre la carretera federal 150 México-Veracruz, fue interceptado por un grupo armado que se movilizaba en un Pontiac de color gris, placas FYR3033 de Durango, además de una camioneta Ford Rainger, de color gris, sin placas de circulación, quienes obligaron al chofer a pasarse al camarote, mientras que uno de los delincuentes tomó el control de la unidad. El factor sorpresa llevó a la detención de los asaltantes Por alguna razón que aún se desconoce, las autoridades municipales de Chapulco tuvieron conocimiento del asalto, incluso el regidor de Gobernación comenzó a seguir a prudente distancia al tráiler robado, mientras con su celular alertó a la Policía municipal de su llegada, por lo que personal de la Secretaría de Seguridad Pública de Tehuacán organizó la recepción a los integrantes del crimen organizado, esperándolos a la altura de la junta auxiliar de San Lorenzo Teotipilco, sobre la carretera federal México-Veracruz, esquina con 5 de Mayo. Los detenidos en ese momento fueron Bonifacio y Jorge, de apellidos Rangel Vidaña, de 35 y 23 años de edad, apodados “El Negro” y “El Flaco”, con domicilio en Carolino Anaya 102, de la colonia Adalberto Tejeda, en Boca del Río Veracruz; además de Humberto Rodríguez Ramírez, de 41 años de edad, apodado “El Ojitos”, de quien no se sabe si es aún elemento de la Policía militar. Éstos iban en el tráiler y llevaban privado de la libertad al conductor, identificado como Jaime Sánchez. Cuando el tráiler ya estaba asegurado, el conductor rescatado y sus tripulantes detenidos, la Policía municipal de Chapulco reportó que ellos detuvieron a Juan Carlos Barradas Pulido, quien conducía un Pontiac con placas de Durango, de quien dicen también participó en el asalto, por lo que junto con los otros tres fue remitido al Ministerio Público. Más tarde, personal de la PJE, quienes se coordinaron con los uniformados, localizaron una camioneta Ford Rainger, de color gris, sin placas de circulación, misma que los delincuentes dejaron abandonada, dejando en su interior una pistola calibre .38, completamente abastecida, además de una considerable suma de cartuchos de diferentes calibres, que fueron entregados al Ministerio Público, que al respecto dio inicio a la averiguación previa 4128/2008/Tehuacán. Hasta el momento, la Procuraduría General de la República no ha atraído el caso, pese a que se trata de delincuencia organizada. Las amenazas del crimen organizado Tras la detención de los cuatro sospechosos de delitos de delincuencia organizada, a los teléfonos celulares que les aseguraron a los detenidos estuvieron llegando amenazas de sujetos que dijeron ser del crimen organizado y quienes amenazaron con tomar represalias si no les entregaban a sus compañeros. La amenaza consistió en que iban a atacar alguna comandancia de la Policía o iban a lanzar una granada en las agencias del Ministerio Público, por lo que la vigilancia fue reforzada con policías estatales; sin embargo no ocurrió un solo ataque. Quienes llamaron se ufanaron de haber sido los mismos que atacaron con disparos y una granada la comandancia de la Policía Judicial del Estado. |
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