Guatemala | “Ataque a tucquero fue ordenado desde la cárcel, admitió la joven sicaria”, fue el titular interior de la nota del medio de mayor circulación del país el 2 de diciembre de 2014. El texto relató cómo Bedelyn Esther Orozco Gómez, de 14 años, fue agredida y quemada viva por una turba que la acusó de dispararle a Sirio Neftaly Quevedo García.
Para un grupo del municipio de Nueva Santa Rosa, Bedelyn fue quién disparó el arma contra el piloto.
A ella la capturaron, la arrastraron del pelo, la abofetearon, la patearon, le rociaron gasolina, arrojaron un cerrillo y entre el fuego “aplicaron su propia justicia”.
La portada del periódico que se viralizó, era la imagen de una joven envuelta en llamas acompañada de la condena. “Señalada de crimen. Menor fue atrapada por una turba tras disparar contra mototaxista en Nueva Santa Rosa”, era el texto junto a la fotografía.
En las fotos interiores aparecía un agente de la policía tratando de ayudarla; ella subiendo a la patrulla y en otra cayendo al suelo con el fuego envolviendo su cuerpo delgado. Detrás estaba un grupo de hombres identificados como pilotos de mototaxis.
Bedelyn falleció el sábado a la media noche. Julio Samayoa, uno de los médicos que la trató en el Hospital Regional de Cuilapa, explicó que la joven murió por una infección que surgió luego de que el tejido muerto se extendiera por sus extremidades, sus pulmones se llenaran de líquido y su corazón no resistiera, un shock séptico.
Cinco días resistió en el intensivo. Dos custodios policiales estuvieron cerca de ella porque fue abierta una investigación en su contra. Cuando estuvo consciente nunca habló de lo que le había pasado. Solo mencionaba que tenía hambre y que el cuerpo le dolía.
Habla la abuela
El 1 de diciembre, a las 3 de la tarde Gregorio Gutiérrez Lima, de 33 años, se bajó del mototaxi que conducía cuando escuchó un disparo. Bedelyn Esther Orozco Gómez de 14 años a toda prisa descendía de otro y corría para huir de una turba que intentaba lincharla por supuestamente atacar a un tuctuquero. Gutiérrez fue quién roció de gasolina a la adolescente cuando supo del ataque contra su colega.
Cinco días antes, la joven salió de su casa en la colonia Ciudad Real, en la zona 12 de Villa Nueva. El 26 de noviembre fue la última vez que su familia la vio reír. Ese día salió con su hermano y su cuñada a comprar la ropa que a finales de año venderían en la costa sur del país.
A su abuela, Olga Gómez de Carrillo, le cuesta hablar de lo que pasó. Dice que su esposo no quiere que den ninguna información. Están tristes. Bedelyn tenía dos hermanos menores. Cuando uno de ellos escucha su nombre, se envuelve en una manta y se recuesta en el sillón. Se tapa la cara.
Su casa está llena de flores. En las ventanas, la puerta y las gradas al segundo nivel. De Carrillo se recuesta sobre la pared y recuerda: “Cuando vinieron de comprar la ropa, después de las cuatro y media sonó su celular. Yo lo único que oí fue que ella dijo ahorita acabo de venir, lo dijo toda afligida. Fue lo último que escuché de ella”.
Cuando Bedelyn fue retenida por la turba, momentos antes de ser quemada, según los medios de comunicación que reportaron el hecho, dijo que recibió una llamada desde la cárcel, donde un hombre la amenazaba con que mataría a su familia sino participaba en el atentado. El Ministerio Público confiscó su teléfono y rastrea las llamadas.
Su abuela relata que al llegar la hora en que acostumbraban irse a la iglesia, llamó a su nieta, pero ya no la vio. Mandó a sus hermanos a buscarla, pero no la encontraron. Cuando regresaron la madre de Bedelyn ya estaba allí. Preguntaron por ella y no tenían respuesta. El jueves por la mañana acudieron a la policía para denunciar su desaparición. Se activó una alerta Alba-Keneth.
“Nosotros pidiéndole a Dios que no le pasara nada, que la guardara. Día lunes en la noche fue que me llamaron, me dijeron que había ingresado al hospital con quemaduras. Mi hija, cuando escuchó eso empezó a decir Díos mío que no sea lo que estoy pensando, peor si la mandaron a hacer algo y a quemaron. Ay no, decía ella”, relata De Carrillo, casi susurrando.
La noticia de una turba quemando a una adolescente en Santa Rosa ya se difundía por las radios con cobertura nacional.
¿Por qué estaba en Santa Rosa? “Saber qué pasó. Más que todo yo digo que en la escuela la contactaron, porque después ella tenía miedo de ir a estudiar, yo la tenía que ir a dejar y a traer. Estudiaba un colegio que se llama Fuente de Juventud, en primero básico. Pero nunca dijo por qué tenía miedo. A mi hija le decía que nos fuéramos a vivir lejos de aquí, lejos, pero no decía por qué”, señala.
Luego de enterarse de que su nieta falleció dijo que esperan que quién la agredió sea castigado. “Yo le pedía a Dios que el muchacho (el tuctuquero herido) no se muriera, para que dijera quién fue que le disparó. Y ya lo dijo. No fue mi nieta. Él declaró que no fue ella”, añade.
Pero el recuerdo y la imagen de lo que le sucedió no se borra de su mente. Todos lo vieron. “Es triste, es horrible, horrible ver como la sacaron en la prensa, en llamas, saber que la habían arrastrado del pelo, y que toda la gente pedía que la quemaran. Qué maldad. Mi muchachita”, aprieta los ojos y con la voz más baja dice: “Mi Bede… a mí hija le gustaba decirle periquita”. El 31 de diciembre cumpliría 15 años.
El nuevo sospechoso y el asesino de Bedelyn
El informe que los agentes de la Policía Nacional Civil redactaron cuando los hechos sucedieron, detalla que un menor de edad fue el responsable de atacar al piloto del mototaxi. El documento, poco científico, describe que “según la versión de curiosos, dos personas de sexo femenino, quienes se conducían como pasajeras fueron las responsables”.
Pero las primeras investigaciones del Ministerio Público descartan que Bedelyn Orozco Gómez disparara el arma. De acuerdo con el MP, el principal sospecho del ataque es un presunto pandillero, un menor de edad apodado El Iguana. Como pruebas tiene los relatos de testigos.
Gregorio Gutiérrez Lima, detenido por arrojarle gasolina a Bedelyn, fue enviado a prisión preventiva por el delito de intento de asesinato en circunstancias agravantes. La audiencia donde se conocerá si será enviado a juicio fue agendada para el 15 de marzo del 2015.
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