2015 0717 | Los dos mandos policiales que se encuentran detenidos por robo de combustible han sido vinculados con un casino que opera de forma clandestina en la colonia La Paz y cuyos propietarios estarían relacionados con el crimen organizado y la trata de personas.
Luego que se diera a conocer la captura del ex director de la Policía Estatal, Marco Antonio Estrada López, y el jefe del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Tomás Mendoza Lozano, algunas fuentes de e-consulta denunciaron que los ex policías, además de dedicarse a la sustracción de hidrocarburo, también brindaban protección a los dueños de una casa de apuestas a cambio de recibir una cuota.
El negocio se encontraba anteriormente en la zona de Plaza América, pero desde hace más de un mes comenzó a operar en el boulevard Atlixco número 93, junto a un lavado de autos y a unos cuantos metros de una cámara del Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata (CERI).
Es un edificio amarillo de cuatro niveles, en el que aparentemente hay departamentos, el cual funciona todos los días, sólo con los tres primeros pisos, a partir de las 7 u 8 de la noche.
La custodian sujetos trajeados
La puerta principal tiene protección metálica y es custodiada por hombres trajeados y con apariencia de escoltas. Junto a este acceso, hay un zaguán automático donde ingresan vehículos de lujo y los clientes son recibidos por los mismos guardias.
El movimiento de vehículos y clientes es rápido y sigiloso. Cuando llegan los clientes, les hacen señas a los vigilantes y estos de inmediato les abren las puertas que en cuestión de segundos vuelven a cerrar.
Los vecinos y las personas que trabajan cerca de ahí aseguran que hasta ahora no han visto nada sospechoso, pero quienes han visitado el casino, o por lo menos han hablado con los apostadores, cuentan que los jugadores son gente adinerada o que se dedica a las apuestas.
La "contraseña" o pase de entrada es ir acompañado de algún cliente, de lo contrario, si el apostador es desconocido le niegan el acceso aunque lleve fuertes sumas de dinero para jugar, pues de esta manera mantienen el control para evitar ser denunciados ante las autoridades.
Entre sus medidas de seguridad, el casino cuenta con sistema de videovigilancia dentro y fuera -el cual es de largo alcance-, así como sus propios custodios que tienen armas largas.
Mujeres jóvenes, el premio de apostadores
Los testigos detallan que en el sitio trabajan unas 20 personas que atienden a aproximadamente 40 clientes cuando son "días bajos", y a unos 60 cuando los días son buenos. Allí los días fuertes son los martes y viernes y, en una sola noche, los apostadores llegan a ganar por lo menos 40 mil pesos o perder hasta 50 mil.
De acuerdo con las denuncias, los mismos operadores del negocio -provenientes del estado de Tlaxcala- llevan a mujeres muy jóvenes "como premio para los grandes apostadores", por lo que se presume que están relacionados con el delito de trata de personas e incluso con el crimen organizado, ya que permiten el ingreso de jugadores que hacen apuestas millonarias y son escoltados por hombres con armas de alto poder.
Los informantes refieren que este casino clandestino ha sido denunciado varias veces y fue clausurado en una ocasión; sin embargo, al parecer por la presunta protección de las autoridades policiacas del municipio y del estado, continuó operando.
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