La madrugada de este lunes dejó de existir Guadalupe, una mujer que sufría violencia familiar y que decidió quitarse la vida tomando medicamentos que pudo pasar con una botella de tequila. Lupita como la conocían los vecinos de Santa María Zacatepec en el municipio de Juan C. Bonilla, encontró hace un mes a su esposo con su amante y ambos le propinaron tremenda golpisa que terminó con un collarín, que utilizó durante cuatro semanas. Otro enfrentamiento verbal con su esposo y el alejamiento de sus cuatro hijos (dos hombres y dos mujeres) la motivaron a que debería dejar este mundo, porque según ella, nadie la necesitaba. Así que el viernes de la semana pasada, tomó la determinación de morir, fue a su recámara y sacó la cajita de medicamentos, toda un suculento manjar de pastillas de diversos colores que ingirió ayudada de tragos de tequila.
Su hija la encontró en el suelo, con espuma en la boca, suelta, ida, con respiración agitada. Así que la trasladarón al hospital de Huejotzingo, en donde finalmente murió. Dicen que nunca regresó, que desde su arribo se encontraba en coma, con los ojos abiertos, fijos, perdidos.
A Lupita la enterraron con música el pasado martes 23 de mayo, 13 días después de haber sido festejada por haber sido madre de cuatro, aunque días después olvidaron que alguna vez tuvieron y fueron ajenos al dolor que está viviendo. El abandono de su esposo, su infidelidad macha y sobre todo el desamor de sus hijos.
Ahora el marido y la amante podrán dar rienda suelta a sus amores, a sus encuentros, aunque de por medio, la vida de una mujer tengan que cargar por el resto de sus días. Que los perdone el demonio y los reciba entre sus llamas, son los deseos fervientes de muchos vecinos... y eso que son re quete cristianos.
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