Un grupo internacional de científicos, al que pertenecen Antoni Camprubí y Vanessa Colás Ginés, del Instituto de Geología (IGL) de la UNAM, descubrieron un afloramiento de microdiamantes en rocas llamadas cromitas, en Tehuitzingo, Puebla.
El valor geológico de este hallazgo es único, pues permite estudiar en la superficie terrestre materiales antiguos del manto de la Tierra, la capa interna que se encuentra entre el núcleo y la corteza externa del planeta.
Aunque no pueden extraerse por su pequeñísimo tamaño, de apenas tres micras, los microdiamantes demuestran que pueden formarse a temperatura y presión menos elevadas que las conocidas hasta ahora, explicó Colás Ginés, integrante del grupo de investigación Caribbean Research Group, formado por más de una veintena de científicos de diversas universidades de México, España, Australia, Perú, Suecia, Alemania y Cuba. Los resultados de su investigación fueron publicados en la revista científica Geology.
Además de que este descubrimiento genera información científica inédita sobre los materiales del manto terrestre, el hallazgo podría servir para que la industria de los diamantes sintéticos genere estas piedras preciosas a temperatura y presión menos extremas, lo que rebajaría mucho su costo, detalló la experta.
A flor de piel
Cuando ocurren procesos de subducción entre placas tectónicas (por ejemplo, durante los sismos), una placa queda debajo de otra. “Se cree que el material que subduce se recicla dentro del manto y vuelve a salir. Viendo estas microinclusiones de minerales y materiales distintos es que encontramos los microdiamantes”, indicó.
Estudiosa de las rocas del manto terrestre, Colás comentó que éstas pueden arrastrar minerales hacia la superficie durante los afloramientos, que son una especie de suturas terrestres que dejan ver materiales muy antiguos e internos del planeta.
“México es uno de los países que tienen más afloramientos de rocas del manto, con más de 20. Representan antiguas suturas del océano. Imaginemos que el Pacífico se cierra y debido a ello las rocas del manto quedan sobre la corteza terrestre y las tenemos aflorando”.
Otros diamantes que se han encontrado en el mundo se han formado en condiciones de alta presión y temperatura, pero los hallados en Puebla tienen una variación composicional.
“El metal cromita se forma a mil 200 grados Celsius, y los diamantes en torno a los mil, pero también necesitan una altísima presión, del orden de gigapascales, y sólo se consiguen en el manto”, resaltó.
Los yacimientos de diamantes se llaman diatremas, conos volcánicos que en vez de arrastrar (como los volcanes) material de la parte somera de la corteza, lo hacen desde el manto, a una velocidad tan rápida que pueden englobar los diamantes y llevarlos a la superficie sin que se descompongan o se transformen a grafito, que es la forma del carbono que encontramos en la naturaleza”, finalizó.
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