Dinero y equipo de espionaje dio EPN a Moreno Valle: Roberto Rock

Enrique Peña Nieto apoyó en 2010 con recursos monetarios la campaña del entonces candidato a la gubernatura de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas y después, en 2012, le pasó la charola, documenta el periodista Roberto Rock en su libro La Historia del Desastre. Crónica de una Herencia Envenenada.


Miércoles, Julio 24, 2019
En entrevista en el programa Ante la Corte de e-consulta, el también director del portal La Silla Rota y ex director del periódico El Universal, confiesa que tras la muerte de Moreno Valle eliminó de su texto un capítulo en el que narraba la relación del ex presidente de la República con el ex gobernador poblano, pero afirma que el equipo de espionaje del anterior sexenio en Puebla provenía del Estado de México.

Peña le metió dinero a la campaña de Moreno Valle

En su libro, recientemente publicado, Roberto Rock afirma que Peña Nieto canalizó mucho dinero a las campañas de candidatos a gobernadores del PRI y de la oposición, en 2010, entre éstas la de Moreno Valle. 

Pero en la campaña presidencial de 2012 el mensaje fue “por ahora, venga de regreso ese dinero y con creces”, en el entendido del Grupo Atlacomulco de que “las elecciones se ganan con mucho dinero”. 

Afirmó que Moreno Valle formó parte de este círculo de gobernadores y líderes sindicales con los que se reunió Peña Nieto como candidato presidencial, encuentros que eran comandados por Luis Videgaray y por Miguel Ángel Osorio Chong. 

“Frente al pase de charola que hizo Peña Nieto, el Pemexgate es un juego de bebés. Uno de los asistentes se asoma a lo que otro de los asistentes está escribiendo en una tarjeta y ve que son mil millones de pesos. Esa tarjeta se la daban a Peña Nieto en un sobre cerrado”, expone en la charla.

El autor del libro indica que recabó testimonios en el sentido de que los encuentros se celebraron en la Casa de Gobierno del Estado de México y en las oficinas de la representación de aquella entidad en la Ciudad de México. 

El autor enfatiza que estos respaldos económicos fueron el origen del gran saqueo que hubo en los estados durante el sexenio pasado, particularmente el caso de Javier Duarte en Veracruz, quien intentó ser salvado desde la administración federal.


Equipo de espionaje de RMV provino del Edomex

Roberto Rock repara en que está muy documentada la alianza de Peña Nieto con Moreno Valle, la cual se evidenció con el traslado de algunos funcionarios de seguridad del Estado de México a Puebla. 

El periodista refiere que el tema del espionaje vinculó a ambos políticos, ya que el equipo que se utilizó en Puebla provenía del Estado de México, donde fue utilizado por Peña Nieto como gobernador.

“El ex gobernador Eruviel Ávila se desembaraza de ese equipo y Peña Nieto le pide a Moreno Valle que lo guarde mientras llegaba a la presidencia”, subraya.

Cuenta que existe otra versión en el sentido de que fue el propio Moreno Valle quien propuso guardar este equipo. 

Roberto Rock tiene documentada la relación del ex diputado federal y ex secretario de la Contraloría, Eukid Castañón Herrera, para operar estos equipos. 

No obstante, afirma que retiró este capítulo tras la muerte del ex gobernador poblano, de su esposa la ex gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo y tres personas más al desplomarse el helicóptero en que viajaban el pasado 24 de diciembre.

Improbable, un acuerdo Peña-AMLO

Rock considera improbable que exista un acuerdo entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador para no tocar al ex presidente. 

Y es que afirma que la relación entre ambos hasta el 1 de julio de 2018 era inexistente e incluso Peña Nieto se comunicó con quien a la postre fue su sucesor vía la esposa del primero, Beatriz Gutiérrez Müller. 

“No se conocen hasta la fecha de la elección presidencial. El día de la elección el presidente le dice a Videgaray: debemos estar listos para comunicarme con López Obrador. Nadie parecía tener el teléfono personal de AMLO. Hablan con Beatriz Gutiérrez, quien le pasa el teléfono a López Obrador, así de distante era la relación”. 

Narra que después de ese contacto se realiza una serie de conversaciones en las que se ha especulado se pactó un acuerdo, pero en su opinión faltan muchos elementos para confirmar que así fue. 

“Creo que un jefe de estado actúa con base en las circunstancias. No puedo decirle al anterior: no te voy a tocar. No sé a qué me va a orillar la realidad. Puede ser que haya un pacto, pero para mí es improbable”, dijo Rock.

Manifestó que una clave es la investigación en contra de Juan Collado Villalba, presidente de Libertad Servicios Financieros, quien fungió como presunto prestanombres de políticos y del propio Peña Nieto, así como la investigación contra de Emilio Lozoya, ex director de Pemex. 

Videgaray, Nuño y Osorio Chongo tomaban las decisiones

El escritor no duda en señalar que Enrique Peña era un gobernante dubitativo, que tardaba mucho en tomar decisiones y en su mayoría las delegaba a Videgaray, Aurelio Nuño y Osorio Chong, entonces secretarios de Hacienda y Crédito Público, Educación Pública y Gobernación. 

“Era una triada. Hay un episodio que narra el libro en la que se dice que después de la reunión en la Iberoamericana, en campaña, determina que esos tres caballeros sean quienes decidan lo que pasa en su campaña”, relata. 

Sin embargo, subraya que desde el inicio del sexenio se partió en dos por la influencia predominante de Videgaray a quien el propio Peña Nieto trataba como un “jefe”.

Hubo complicidad en la fuga del Chapo
Roberto Rock afirma haber tenido acceso a un video en el que se revela que la fuga del Chapo del penal del Altiplano durante el sexenio pasado tuvo la complicidad de autoridades de alto nivel. 

“En el video se observa a Tomás Zerón, entonces director de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR hablar con los vecinos de celda del Chapo y le dicen: jefe, este fue un ruidero de barrenas, de martillos y de equipos. Un secuestrador le dice: jefe, para qué me pregunta, si esto se sabe se cae el gobierno”.

Destaca que a los videos que fueron filtrados a la prensa, en los que se ve al Chapo Guzmán sentado, les quitaron el sonido de los martillazos y de una voz que le dice al líder del Cártel de Sinaloa: “jefe, jefe”. . .Y después de eso Guzmán entra al túnel. 

En la opinión del autor del libro, el sexenio de Peña Nieto tuvo un periodo luminoso de 18 a 20 meses en el que incluso fue condecorado por la comunidad judía y se reunió con Barack Obama pero su sexenio se cayó en septiembre de 2014 cuando desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa y, posteriormente, el caso de la Casa Blanca.


El portal de noticias e-consulta publicó el
Martes, Julio 4, 2017






Una oficina que inicialmente tenía la intención de realizar labores de inteligencia en el anterior gobierno estatal, se convirtió en una red de espionaje clandestino de tipo telefónico, de infiltración, vigilancia y seguimiento hacia funcionarios públicos, personajes políticos, enemigos de la administración pública y periodistas.

Para ello se instalaron tres “nidos” o sedes en la ciudad de Puebla desde las que se procesaban los audios y documentos generados por personal que laboró en el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN) y que estaban coordinados por Joaquín Arenal Romero, ya fallecido.

Así se aprecia en una serie de archivos digitales que en los últimos días han recibido o comprado dirigentes partidistas, políticos y funcionarios, en los cuales se explica cómo operaba esta red de espionaje, quiénes la encabezaban, bajo qué métodos trabajaban y sobre todo se incluyen audios de las conversaciones intervenidas o fotografías de sus reuniones, que han sido confirmadas por quienes ahí aparecen.

De oficina pública a clandestina

De acuerdo con esta información, al llegar a la gubernatura en 2011, Rafael Moreno Valle Rosas quiso instaurar una oficina de inteligencia que proveyera de información estratégica para detectar y atacar amenazas al estado de derecho y la gobernabilidad de la entidad.

Por ello se creó el Centro de Análisis y Prospectiva (CAP), encabezado por Héctor Arrona Urrea, y el cual quedó bajo tutela de la Secretaría General de Gobierno, a cargo de Fernando Manzanilla Prieto.

El órgano tenía dos direcciones: de Información (Investigación y Análisis) y Servicios Técnicos (equipos tecnológicos para la obtención de información de fuentes electrónicas), así como la Subdirección de Administración de Proyectos y Gestión.

En un primer momento el director de Información fue Abraham Hernández y de Servicios Técnicos fue José Antonio Celorio.

Su actividad se centraba en la recolección de notas de periódicos escritos y digitales, a fin de crear “tarjetas informativas”, aunque su labor de investigación e inteligencia estratégica era nula.

En abril de 2013 Manzanilla Prieto dejó la Secretaría General de Gobierno y ese mismo año llegó Joaquín Arenal a Puebla para hacerse cargo del CAP, el cual pidió reestructurar con la contratación de personal capacitado en áreas de inteligencia, en investigación, cooptación, infiltración, vigilancia, seguimiento, fotografía clandestina, entre otras actividades.

Sin embargo creó una oficina alterna para realizar labores de inteligencia, que no dependería de institución gubernamental o dependencia alguna, sino que rendiría cuentas al actual legislador federal Eukid Castañón Herrera.

Fueron comprados automóviles y dados de alta con nombres de particulares para evitar ser relacionados con la administración estatal. Los salarios, gastos para operatividad y renta del inmueble se desprenderían de plazas del gobierno estatal a través de terceros, así como de partidas discrecionales.

Los operadores

El ex delegado de la Estación Metropolitana del CISEN, Joaquín Arenal, mudó su domicilio a Puebla y se instaló en la zona de Camino Real a Cholula. Laboró hasta mediados de 2014, cuando se cometió a una cirugía de riñón de la cual no logró recuperarse y murió a principios del mes pasado.

Mantuvo en el equipo a José Antonio Celorio, sólo que ahora como responsable de la infección de equipos de cómputo y teléfonos celulares a través del Sistema de Control Remoto Galileo, adquirido a la empresa italiana Hacking Team.

El nombre de este personaje salió a la luz en 2015, cuando miles de correos de esta compañía fueron robados y publicados en el portal Wikileaks, ya que él aparece como el contacto en Puebla que negoció la compra del software, capacitación y servicios específicos de infección de archivos.

Además se apoyó en Roberto Rodríguez Acosta, capacitado para el manejo de programas y equipos de espionaje, ya que habría sido capacitado por ex agentes de la agencia de inteligencia de Israel (Mossad).

También participó Fidencio Domínguez Huerta, ex compañero de Arenal en el Cisen, y a quien se le encargó coordinar tareas de campo e investigación, así como realizar el seguimiento de actores políticos y sociales, principalmente del PRI.

Nidos de espionaje

Equipos de origen israelí para la intervención de teléfonos celulares se instalaron de manera inicial en la Primera Cerrada del Cadete Vicente Suárez 2103, a un costado de la entrada principal de La Parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en la colonia Bellavista.

Desde el exterior tiene la fachada de una institución educativa, con la leyenda: Instituto Técnico de Comercio Exterior, aunque no registra movimiento alguno y sus ventanas tienen cubierta polarizada.

Desde este primer “nido” de espionaje, como era conocido, se dio seguimiento a políticos y funcionarios de filiación priísta y perredista, así como funcionarios de primer nivel de origen panista e incluso los integrantes del primer círculo de colaboradores del gobernador Rafael Moreno Valle.

Posteriormente se instaló un segundo “nido”, en el departamento 4B del edificio ubicado en calle Acatlán número 104, colonia La Paz, de la ciudad de Puebla, a fin de intervenir las llamadas del periodista Enrique Núñez, director del diario Intolerancia, cuyas oficinas están en esa colonia, así como para cubrir la zona de la avenida Juárez, frecuentada por políticos y funcionarios.

En ese mismo edificio tiene una propiedad Sergio Lozano Alarcón, hermano del senador con licencia, Javier Lozano Alarcón.

Un tercer “nido” se ubicó en un cuarto de azotea en el número 857 de la Diagonal Defensores de la República, a escasos doscientos metros de distancia del Comité Directivo Estatal del PRI, cuyo objetivo principal era seguir a la dirigente estatal Ana Isabel Allende Cano y después a militantes de ese partido que divulgaran información vía telefónica.

En las últimas semanas que operaron los agentes en esa ubicación detectaron a tres unidades de Policía Federal con una van equipada, por lo que abandonaron el sitio.

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Puebla, Pue., 5 de julio de 2017

Rodolfo Ruiz Rodríguez
Director de E Consulta
Con relación a las notas publicadas en los últimos días respecto al tema  “espionaje”, difundidas en el medio a su digno cargo y en las que se menciona mi nombre, me permito ejercer mi derecho de réplica, precisando lo siguiente:

Niego categóricamente cada uno de los señalamientos que me son imputados en las notas periodísticas.

La información que se publica ha sido difundida con anterioridad a través de diversos medios de comunicación, en distintos momentos de coyuntura política, coincidentemente, como se hace ahora.

Me resulta inaceptable que se hayan escrito acusaciones tan graves basadas únicamente en dichos y sin contar con sustento alguno que las documente, que además con oportunidad y de manera personal he aclarado.

En las actividades que he desempeñado a lo largo de mi trayectoria profesional siempre me he conducido con apego a la ley, sin que en el ejercicio de mis actuaciones exista observación alguna.

Sin más por el momento, agradezco su atención a la presente y le solicito su publicación, en los mismos medios en los que fue difundida la información.

 Atentamente

 Eukid Castañón Herrera



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